Vistas:442 Autor:Editor del sitio Hora de publicación: 2025-01-25 Origen:Sitio
La Organización Marítima Internacional (OMI) desempeña un papel fundamental en la regulación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la industria naviera mundial. A medida que el cambio climático se intensifica, comprender las políticas de GEI establecidas por la OMI se vuelve cada vez más fundamental para las partes interesadas del sector marítimo. Este artículo profundiza en las complejidades de la política de GEI de la OMI, explorando su desarrollo, estrategias de implementación y el impacto en las operaciones marítimas internacionales, particularmente en lo que respecta a Gases de carga de la OMI.
La OMI, una agencia especializada de las Naciones Unidas, ha estado a la vanguardia de la promoción de un transporte marítimo seguro y eficiente en océanos limpios desde su creación en 1948. El sector marítimo representa aproximadamente el 2,89% del CO antropogénico global.2 emisiones, el compromiso de la OMI de mitigar las emisiones de GEI es vital. La estrategia inicial de GEI de la organización, adoptada en 2018, fijó un objetivo ambicioso: reducir las emisiones anuales totales de GEI en al menos un 50 % para 2050 en comparación con los niveles de 2008, mientras se prosiguen los esfuerzos para eliminarlas progresivamente por completo.
Introducido en 2011, el EEDI es una medida técnica que tiene como objetivo promover el uso de equipos y motores más eficientes energéticamente. Establece un nivel mínimo de eficiencia energética por milla de capacidad (por ejemplo, tonelada-milla) para diferentes tipos y tamaños de buques. El EEDI es obligatorio para los buques nuevos desde 2013, lo que garantiza que los buques nuevos se diseñen teniendo en cuenta la eficiencia energética.
El SEEMP es una medida operativa que proporciona un mecanismo para que los operadores mejoren la eficiencia energética de los buques. Se volvió obligatorio según el Anexo VI de MARPOL en 2013. El SEEMP alienta a los propietarios y operadores de buques a considerar nuevas tecnologías y prácticas cuando busquen optimizar el rendimiento de un buque.
Adoptada en 2021, la CII y su mecanismo de calificación son parte de las medidas a corto plazo de la OMI para reducir la intensidad de carbono. La CII asigna calificaciones de A a E a los barcos en función de su desempeño operativo en intensidad de carbono. Los buques con calificación D o E durante tres años consecutivos deben presentar un plan de acciones correctivas para mejorar su calificación.
Las políticas de GEI de la OMI tienen implicaciones importantes para el transporte marítimo internacional. El cumplimiento requiere una inversión sustancial en nuevas tecnologías y combustibles, cambios operativos y monitoreo continuo. Transporte de barcos Gases de carga de la OMI se ven especialmente afectados por la naturaleza de su carga y la normativa específica que regula los materiales peligrosos.
El cambio hacia combustibles con bajas y cero emisiones de carbono es crucial. Entre las alternativas que se están explorando se encuentran el gas natural licuado (GNL), el hidrógeno, el amoníaco y los biocombustibles. Cada uno presenta desafíos en términos de disponibilidad, infraestructura y almacenamiento, pero ofrecen vías para lograr reducciones significativas de GEI.
Los avances en el diseño del casco, los sistemas de propulsión y la recuperación de calor residual contribuyen a mejorar la eficiencia energética. Por ejemplo, los sistemas de lubricación por aire reducen la fricción entre el casco y el agua, reduciendo así el consumo de combustible.
El uso de big data y análisis permite optimizar rutas, ajustes de velocidad y mejores programas de mantenimiento. Al analizar grandes cantidades de datos operativos, los operadores de buques pueden tomar decisiones informadas que mejoren la eficiencia y reduzcan las emisiones.
Más allá de las soluciones tecnológicas, las estrategias operativas juegan un papel importante. Prácticas como la navegación lenta, que implica operar barcos a velocidades más bajas, pueden reducir drásticamente el consumo de combustible y las emisiones. Además, mejorar la logística y la coordinación de la cadena de suministro minimiza los viajes y estancias en puerto innecesarios.
La implementación de las políticas de GEI de la OMI no está exenta de desafíos. El alto costo de las nuevas tecnologías y combustibles puede resultar prohibitivo, especialmente para los operadores más pequeños. También hay una falta de infraestructura global para respaldar los combustibles alternativos. Además, los diferentes niveles de compromiso y capacidad entre los estados miembros pueden obstaculizar el progreso unificado.
Para mitigar las barreras financieras, se están considerando varios mecanismos. Las medidas basadas en el mercado (MBM), como la fijación del precio del carbono, pueden crear incentivos económicos para la reducción de emisiones. Además, las opciones de financiación y los subsidios verdes pueden respaldar las inversiones en tecnologías sostenibles.
Maersk, una de las compañías navieras más grandes del mundo, se ha comprometido a lograr emisiones netas cero para 2050. La compañía está invirtiendo en buques propulsados por metanol y explorando biocombustibles, sentando un precedente para la industria.
Los Principios de Poseidón, un marco global para la financiación responsable de buques, alinean las carteras de préstamos con los objetivos climáticos. Los bancos firmantes consideran el impacto climático en su toma de decisiones, promoviendo la sostenibilidad dentro de la industria.
La OMI está preparada para revisar su estrategia inicial de GEI en 2023, introduciendo potencialmente objetivos más estrictos. La innovación, la colaboración y la inversión continuas son esenciales para alcanzar estos objetivos. La dirección de la industria influirá significativamente en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.
La política de GEI de la OMI representa un paso crítico hacia operaciones marítimas sostenibles. A pesar de los desafíos, el compromiso de la industria con la reducción de emisiones es evidente. Al adoptar innovaciones tecnológicas y eficiencias operativas, el transporte marítimo puede navegar hacia un futuro más ecológico. Las partes interesadas deben mantenerse informadas y proactivas para adaptarse a estos cambios, especialmente en lo que respecta al transporte de Gases de carga de la OMI.